Bodega La Ardosa
Su historia se remonta a 1892, cuándo varios establecimientos con este nombre abrieron sus puertas en Madrid, para comercializar un vino de Toledo, aunque sería en los años 70 cuándo La Ardosa que conocemos hoy, empieza su nuevo camino.
Lo mejor: esponjosas tortillas de patata, ambiente internacional y gran selección de cervezas.
Bodega La Ardosa
Dónde: Colón, 13
Barrio: Malasaña
Casa Ciriaco
Ha sido testigo de momentos históricos, cómo el atentado contra la comitiva nupcial de Alfonso XIII, en sus mesas se han sentado personajes cómo el escritor Julio Camba o el humorista Mingote, y es parada cada año en la ruta de Max Estrella (el itinerario nocturno que recorre las callejuelas, plazas y calles del centro de Madrid, en recuerdo a Valle-Inclán y su obra Luces de bohemia).
Lo mejor: su receta de gallina en pepitoria y sus platos de cuchara.
Dónde: Mayor, 84
Barrio: Centro
Taberna Antonio Sánchez
No sólo el nombre del torero que la fundó en 1830, sino también su ambiente recuerda su pasado taurino, con sus antiguos carteles y fotografías. Pero en sus mesas de mármol también pasaron los autores de la Generación del 98, y todo el local es un viaje en el tiempo, con su caja registradora original, sus botellas de época o las medidas de vino.
Lo mejor: sus torrijas (el cartel con el precio de 15 céntimos la unidad, lamentablemente, ya no está en vigor)
Taberna Antonio Sánchez
Dónde: Mesón de Paredes, 13
Barrio: Lavapiés
Casa Alberto
Sobre los cimientos de uno de los inmuebles en los que vivió Miguel de Cervantes, se alza esta taberna de 1827, de llamativa entrada roja, y en cuyo interior aún conserva intacta la barra de madera y latón. Sus paredes son testigo de los inmumerables personajes de la literatura, el teatro y los toros que han desfilado por ella.
Lo mejor: sus albóndigas de ternera
Casa Alberto
Dónde: Huertas, 18
Barrio: de Las Letras
Viva Madrid
La fachada cubierta de azulejos de cerámica de la antigua Casa de Guadalajara, no son los únicos elementos originales que conserva esta taberna fundada en 1856.
Lo mejor: en el interior hay que mirar hacia arriba, para ver su laborioso techo artesonado de madera, apoyarse en su barra de estaño y contemplar el precioso alicatado de azulejos.
Viva Madrid
Dónde: Manuel Fernández y González, 7
Barrio: de las Letras