Una de las mejores cosas de Madrid es su habilidad -o más bien la de sus habitantes- para reinventarse, algo de agradecer especialmente en estos tiempos, o quizás por eso, en los que encontramos varios ejemplos de locales tradicionales que dejos de desaparecer, resurgen renovados.
Uno de ellos lo encontramos en Chueca, en la tasca Celso y Manolo, gracias a la familia Zamora, artífice del resurgir de la mítica casa de comidas la Taberna La Carmencita (que visitamos recientemente en esta nueva etapa, y de la que tenemos pendiente hablar aquí). Más allá de las portadas que ha ocupado bajo la etiqueta de la taberna hipster de Madrid -el último número de la revista Monocle se hace igualmente eco de ella-, lo cierto es que es de agradecer que el espíritu de tasca castiza del antiguo Bar Argüelles en el que se ubica tras la jubilación de sus anteriores propietarios, Celso y Manolo, no se haya perdido y siga vivo, además de con el guiño en su nombre, en las propuestas gastronómicas de Celso y Manolo.
Una carta breve -¿para que más?-, llena de productos eco y de primera calidad, que nos deja bocadillos de calamares, ibéricos y arroces, memorables. Y para la hora del tapeo en la preciosa barra original, su vermú casero servido en copa de cóctel por el simpático Sega.
Y si, nos gusta su puesta en escena, sencilla pero llena de detalles, cómo sus posters retro de turismo de España, que hayan conservado el suelo original, y sus ristras de guindillas.
Celso y Manolo
Libertad, 1 – 915 318 079
Barrio: Chueca